Frente al modelo de producción lineal donde los productos se fabrican a partir de materias primas, se venden, se usan y se tiran, la economía circular pone el foco en la reducción de residuos para incorporarlos a cadenas de valor de otros sectores. Según un informe de la Fundación Ellen MacArthur, este modelo supondría un ahorro neto de materiales por valor de unos mil millones de dólares en todo el mundo.
Euskadi también puede beneficiarse de este modelo de economía. “Supone un cambio de mentalidad” para todos, aunque “el hecho de ser un país industrial nos ofrece muchas oportunidades para adoptar este modelo”, coindicen Javier Agirre, director general de Ihobe; Kristina Apiñaniz, directora general de Aclima y Lola Elejalde, directora del Área de Dinámicas de Transformación Socio-Económica de Innobasque.
Los tres expertos destacan que “la economía circular abre la posibilidad a nuevos modelos de negocio y mercados, lo que ofrece muchas oportunidades de evolución a las empresas”. Aclima, Ihobe e Innobasque profundizan en el concepto de “economía circular” en el Item 6 que puede descargarse en este enlace. En él figuran buenas prácticas de organizaciones vascas como Burdinola, Protón Electrónica, Koopera, Indumetal Recycling y Afesa.