Ropa de deporte Nike para mujeres musulmanas. Lavadoras Samsung con programas especiales para saris. Son sólo dos ejemplos de grandes compañías que se están adaptando a las necesidades reales cotidianas que tienen las personas que viven en países emergentes y que están cambiando la agenda global de innovación. En dichos lugares la falta de recursos se ha convertido en el motor de innovación, de la innovación frugal, “el arte de crear productos y servicios, en ocasiones radicalmente nuevos, con recursos limitados”. “Good enough” es su lema, “gasta menos e innova”. Esta mentalidad supone un cambio de dirección, ya que prevalece la solución más simple que aporte el mismo valor.
La revista “COO Insights” que edita Roland Berger Strategy Consultants dedica un monográfico a este tema y pone el dedo en la llaga: “la alta tecnología está bien”, pero “en los países emergentes como China, India o Brasil existe una clase media cada vez más numerosa con una capacidad de compra concreta que tiene deseos diferentes. Sus productos han de ser asequibles, fáciles de utilizar, baratos y robustos, pero ofreciendo el mismo nivel de rendimiento”. Es decir, productos que funcionen en condiciones normales, pero que no se estropeen si se corta la luz o hay fluctuaciones en la red eléctrica.
Es el caso de los tres ejemplos de Egipto, India y Uruguay que aparecen en el rompedor reportaje “Derribando la huella digital” de www.elperiodico.com, elaborado por Angelo Attanasio y Jerónimo Giorgi, y que ganó el Premio Tecnalia de Periodismo en la categoría Internet. «Antes funcionaba así: te iba bien y ganabas mucho dinero, y luego hacías el bien porque creabas una fundación para los pobres, por ejemplo como ha hecho Bill Gates. Sin embargo, el nuevo paradigma es que hagas dinero haciendo el bien: es decir, creando productos, procesos o servicios con los que hacer dinero pero al mismo tiempo que puedan ser utilizados por mucha gente», asegura Suneet Singh Tuli, CEO de Datawing en el trabajo de investigación.
Esta empresa fabrica tablets de 40 dólares para diseminar el conocimiento por India democratizando el acceso al mundo digital entre todos los escolares del subcontinente. Esta acción forma parte de un programa con el que el gobierno se ha planteado erradicar el analfabetismo de centenares de millones de ciudadanos. En Egipto, la basura tecnológica se convierte en una oportunidad. Un grupo de mujeres recicla componentes digitales para reconstruir ordenadores y acercar las nuevas tecnologías a su comunidad. También un grupo de jóvenes emprendedores ha decidido hacer de la basura tecnológica un negocio rentable. Mientras, en América, Uruguay se erige como el primer país del mundo en equipar a todos los estudiantes de la red pública con portátiles y conexión a Internet. Gracias al millón de aparatos repartidos, la mayoría de ellos reciclados, ha conseguido erradicar la brecha digital en este territorio de 3 millones de personas, sólo 1 más que Euskadi.
“El del »frugal innovation» es un cambio de paradigma revolucionario, que se está gestando en la India y en otros países pobres, pero que pronto dará el salto también en Occidente”, dice Tuli.
¿Estamos preparados?