Alimentar el potencial creativo, cognitivo, relacional y emocional de las personas contribuye a mejorar la competitividad de las organizaciones, según se ha demostrado a través de las 6 buenas prácticas que se han expuesto.
- El Consorcio de Inteligencia Emocional se vale de tecnologías de la emoción y la cooperación (TEC) para desarrollar competencias socio-emocionales que ayuden a la transformación de las personas y sus entornos.
- “Innovando con la gestión de las emociones” es una jornada organizada por el Consorcio de Inteligencia Emocional e Innobasque que ha contado con la colaboración del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz.
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Vitoria-Gasteiz, 30 de septiembre. Para aumentar la competitividad y la capacidad innovadora de las organizaciones, cuyo valor diferencial reside en las personas, conviene alimentar su potencial creativo, cognitivo, relacional y emocional. Así se ha puesto de manifiesto a la largo de la mañana de hoy a través de seis casos de éxito vascos que se han presentado durante la jornada “Innovando con la gestión de las emociones«. El acto se ha celebrado en Vitoria-Gasteiz en el marco de Los Martes de Innobasque que han organizado el Consorcio de Inteligencia Emocional e Innobasque-Agencia Vasca de la Innovación y que ha contado con la colaboración del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz.
Han participado en la sesión Cristina Zurita, secretaria general del Consorcio de Inteligencia Emocional; Javier Bárez, técnico en Gestión de Calidad del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz; Ramón Touzón, de la Policía local de Vitoria-Gasteiz; Agustín Aguirre, director médico de Clínica La Asunción; Jacob Gil, director de Personas en Gorabide; María Teresa Ojanguren, directora de Lauaxeta ikastola; Ibon Urretavizcaya, gerente de Electricidad Urrezabal; Rogelio Fernández, investigador de la Universidad de Deusto y consultor; Tomás Elorriaga, director de Banpro, Innovación y Personas; y Txema Villate, director general de Innobasque. Todos ellos han expuesto sus casos de buenas prácticas en materia de gestión emocional, a través de las cuales ha quedado patente que la salud emocional afecta a la satisfacción laboral de los empleados, tanto como a su rendimiento y capacidad de aprendizaje.
El Consorcio de Inteligencia Emocional, organización nacida en el seno de Innobasque pero independiente en la actualidad, ha explicado que para desarrollar competencias socio-emocionales que contribuyan a la transformación de las personas y sus entornos es necesario dotarse de lo que ellos denominan TEC (tecnologías de la emoción y la cooperación). Se trata de herramientas, dinámicas y metodologías que favorecen el conocimiento, entrenamiento emocional y competencias socioemocionales para el desarrollo personal y profesional, la innovación, la transformación y el trabajo en equipo.
De ellas se han servido las 6 organizaciones que han aplicado la inteligencia emocional con éxito. Así, por ejemplo, Ibon Urretavizcaya, gerente de Electricidad Urrezabal y miembro del comité ejecutivo de Instagi, Asociación de Empresas Instaladoras y Mantenedoras de Gipuzkoa, ha revelado en qué consistió el Programa Elkano para el desarrollo de competencias emocionales en las microempresas del sector. El proyecto trató temas como la resistencia al cambio, la creación de entornos sanos para las relaciones, la aceptación de que hay cosas que no se pueden cambiar o el sentimiento de pertenencia. El relevo generacional fue otros de los aspectos trabajados, un asunto complejo que supone asumir que el perfil profesional necesario para la siguiente fase de la empresa no es el mismo que el necesario para lanzarla, entre otras dificultades.
Por su parte, la Policía Local de Vitoria-Gasteiz ha contado cómo aplicaron las narrativas, como herramienta de inteligencia emocional para que los agentes regulen y dirijan sus emociones y las de las personas con las que se relacionan en su día a día. También se enfrentan a situaciones extremas los trabajadores de la Clínica La Asunción de Tolosa en Gipuzkoa, quienes recibieron formación en este campo para gestionar de la manera más adecuada las emociones a las que se enfrentan cada día.
Lauaxeta ikastola, única organización del Estado español, que ha logrado el máximo galardón europeo a la excelencia en la gestión EFQM (2007) y pionera en la introducción de la inteligencia emocional en las aulas, ha expuesto los diferentes enfoques sobre las emociones que el centro ha ido integrando en su proyecto educativo y de gestión. Así, el conocimiento de los aspectos emocionales implicados en todos los procesos de aprendizaje del alumnado, del desarrollo profesional del profesorado, y en la toma de decisiones estratégicas por parte de la dirección, facilita la implementación de innovaciones en la organización.
La asociación vizcaína en favor de personas con discapacidad intelectual Gorabide se ha dotado de un sistema de evaluación competencial basado en competencias actitudinales y no en competencias técnicas, donde se valora más cómo se hacen las cosas que qué cosas se hacen. Así se llega a un proceso de transformación y desarrollo personal y profesional, a lo largo del cual se pone a disposición de los trabajadores un colaborador (interno o externo) para que ejerza de coach.
A continuación, Rogelio Fernández, investigador de la Universidad de Deusto y consultor ha incidido en la importancia de la confianza como base del nuevo estilo de liderazgo, el liderazgo colaborativo. Mientras, Tomás Elorriaga, director de Banpro, Innovación y Personas, ha hablado de las emociones del trabajador del conocimiento en equipos de alto rendimiento.
Esta jornada se enmarca en los «Los Martes de Innobasque», iniciativa a través de la cual, Innobasque convoca mensualmente a los protagonistas de la innovación en un foro divulgativo y abierto para situar la innovación vasca en el centro de la mirada de las personas, las organizaciones y los medios de comunicación.