Bertrand Piccard y André Borschberg están haciendo realidad su sueño: dar la vuelta al mundo en un avión propulsado únicamente con energía solar. Su desafío tiene un nombre: Solar Impulse.
If people don’t tell you it’s impossible, like they did for #solarimpulse, then you’re not being ambitious enough! pic.twitter.com/UOXCoA7E90
— Bertrand PICCARD (@bertrandpiccard) 23 de junio de 2016
Pero, ¿en qué consiste exactamente esta aventura?
Estos exploradores del siglo XXI se relevan para pilotar el avión, que lleva más de 17.000 células solares incorporadas en sus alas que cargan cuatro baterías que alimentan los 4 motores eléctricos y de este monoplaza. Sus promotores aseguran que el avión podría volar indefinidamente, aunque a una velocidad de 75 km por hora (un Boeing 787 lo hace a 900 km/h). Además, aunque mide 72 m de envergadura, pesa sólo 2,3 toneladas.
Piccard y Borschberg son dos amigos suizos, pilotos apasionados por la innovación y los retos, que han demostrado la viavildad de las tecnologías limpias con su proyecto Solar Impulse. Su mensaje es claro: «el cambio es posible». “Cualquiera podría emplear las mismas tecnologías en la tierra para reducir el consumo de energía a la mitad, ahorrar recursos naturales y mejorar nuestra calidad de vida”.
Pioneros de las tecnologías limpias estos dos aventureros unieron sus fuerzas para demostrar el potencial de las cleantech, las tecnologías limpias y demostrar que lo imposible, es posible.
Tras haber batido 8 records del mundo con el avión eléctrico alimentado con energía solar que no contamina nada, el prototipo utilizado fue la primera aeronave en volar de noche, ir de América a Europa y cruzar Estados Unidos. Este último viaje de vuelta al mundo tendrá 35.000 kim con salida y llegada en Abu Dhabi, pasando por India, Birmania, China, Japón, EE UU, Europa. Ahora están en Sevilla, pero Solar Impulse cruzó el Pacífico sin escalas en un vuelo de 5 días y 5 noches.
Hace unas horas llegó a Sevilla desde Nueva York, habiendo recorrido en 71 horas, el océano Atlántico, o lo que es lo mismo, los 6.765 que separan la ciudad de los rascacielos de la capital hispalense. Nada más bajar del avión Piccar dijo. “El futuro es limpio y es ahora. Tenemos que dejar atrás la contaminación. El nuevo mundo es el respeto a las tecnologías, al medio ambiente y a la innovación”.
La aventura continúa. Seguiremos informando.