“Para innovar hace falta atreverse”, dice Alberto García Erauzkin, presidente de Innobasque en una entrevista concedida al suplemento Innova+ del grupo Vocento.
¿Dónde debería llegar Euskadi gracias a la innovación?
Euskadi compite en un mundo globalizado donde la competencia es feroz y los cambios se producen casi a la velocidad de la luz. Teniendo en cuenta este entorno, Euskadi quiere crear riqueza, empleo y mejorar sus niveles de bienestar, es ahí donde queremos llegar. Es evidente que cada uno por nuestro lado no podemos hacerlo. Por eso, en Innobasque, toda nuestra actividad está enfocada a fomentar, provocar y facilitar la colaboración entre empresas, administraciones, centros de investigación y conocimiento y las personas innovadoras, a las que me refiero como “inconformistas constructivas”. Este modelo de colaboración es conocido por los expertos como el de la cuádruple hélice, siendo, además, el modelo de innovación que recomienda la Comisión Europea para desplegar las estrategias de especialización inteligente. En nuestro caso, vamos a focalizarnos y poner el acento diferencial en nuestras fortalezas, es decir, manufactura avanzada, energía y biociencias-salud, con el añadido del territorio . Dicho esto, no hay que olvidar que siempre hay que dejar una puerta abierta al desarrollo de iniciativas inesperadas. Por ello, la estrategia de especialización inteligente que sigue Euskadi podría suponer un 80% de especialización y un 20% en otras iniciativas .
Preocupa mucho la ‘fuga de cerebros’. ¿Euskadi consigue frenarla? ¿Podría tener su parte positiva?
El talento circula y de hecho es bueno y conveniente que lo haga, nos hace más competitivos. Existen multitud de iniciativas que lo fomentan desde Europa, como el plan Bolonia, becas Erasmus, Sócrates, Marie Curie y también desde el Gobierno Vasco como Global Training, por citar sólo las más conocidas. También hay organizaciones que gestionan el talento y tratan de atraer el que está fuera de nuestro territorio, fomentando el intercambio y por supuesto reteniendo el nuestro. Esto es una fortaleza, que el talento vasco salga fuera lo enriquece y genera más conocimiento. Estamos diciendo que nuestro mercado es el mundo, si no lo conocemos estamos en desventaja.
Dicho esto, uno de los grandes retos que debemos afrontar como país es que nuestro talento exportado regrese aún más enriquecido, lo que exige empezar por generar un entorno estimulante donde los jóvenes puedan desarrollar toda su potencialidad y satisfacer sus necesidades, mientras seguimos atendiendo el desarrollo de nuestros dos millones de habitantes, y hacerlo de una manera sostenible. Eso es lo que hay que conseguir, que los jóvenes profesionales exporten su conocimiento, aporten fuera, recojan y consigamos que vuelvan, porque hay proyectos de futuro que se lleven a cabo en Euskadi.
Eso ayudaría a salir de la crisis…
Por supuesto, porque cuando más hay que innovar es cuando estás en crisis. Parece que en épocas como ésta hay que dejar de innovar y dedicarse a otra cosa. Pero si hay dificultad económica es porque lo que se está haciendo no está funcionando, y la coyuntura te obliga a revisarlo, a cambiarlo. En este sentido, debemos ser muy conscientes de que en los próximos años es importante reforzar el esfuerzo en I+D+i. Lo necesitamos para reforzar la competitividad de nuestra economía y por extensión, para proteger nuestra calidad de vida.
La buena noticia es que, en plena crisis, Euskadi mantiene el puesto en los ranking de innovación, los indicadores de la Comisión Europea así lo indican. Euskadi figura en el grupo de regiones europeas notables o “followers”, que sigue a los líderes en innovación, y es la única de toda la Península Ibérica, del Estado español y Portugal, que se mantiene en esa posición notable en plena crisis. Esto ha sido posible gracias a todos, universidades y centros tecnológicos, empresas e instituciones, pero también gracias a la sociedad vasca , a esas personas innovadores en la sombra que, casi sin darse cuenta, aportan su granito de arena cada día. Me estoy refiriendo a aquellas personas cuyas historias no salen en titulares, pero que se esfuerzan por vencer las barreras de resistencia al cambio, consiguen superarlas y, consiguen un impacto más local, aportan sus “no tan pequeñas” innovaciones, tan necesarias como las innovaciones de los libros.
¿Cómo funciona una agencia para la innovación?
Es difícil sintetizar en pocas palabras lo que hacemos en Innobasque. Como decía antes, todo está focalizado en potenciar la colaboración, porque es un requisito imprescindible a la hora de innovar, especialmente en territorios pequeños como el nuestro. Me gustaría puntualizar que la innovación en sí misma no es el fin, sino el instrumento que garantiza que las empresas sean competitivas en escenarios como los que hemos descrito. Y podemos hablar de un cuádruple concepto para trabajar desde una agencia para la innovación como Innobasque: personas-organización-actividades-futuro. En Innobasque buscamos, reunimos y apoyamos a las personas que quieren trabajar en la innovación, que se organizan desde la cuádruple hélice (universidades y corporaciones tecnológicas, empresas, instituciones, sociedad), que desarrollan dinámicas de innovación y transformación (definen retos, diseñan soluciones “diferentes”, las implementan, y miden sus resultados), y que revisan continuamente su actividad para construir el futuro. Innobasque es una red que conecta a sus más de mil socios, personas innovadoras, inconformistas, que confían en lo que hacen, que están comprometidas y que colaborando son capaces de lograr cualquier objetivo que se propongan. Esa es la clave, hacer que nuestra red sea cada vez más sólida.
Hace unos años parecía que innovar era algo lejano, sin embargo, hoy en día vemos que está presente en los ámbitos más cotidianos.
Precisamente uno de los puntos importantes en los que trabaja Innobasque es la socialización de la innovación para crear una verdadera cultura de la innovación en Euskadi. Para lograrlo llevamos a cabo numerosas actividades, como La Semana de la Ciencia, Tecnología e Innovación; el Global Innovation Day o la FIRST Lego League para que los escolares se vayan incorporando a la innovación. A través de Innobasque Exchange, por ejemplo, facilitamos la colaboración en jornadas de networking avanzado entre pymes y micropymes, y con los Martes de Innobasque mantenemos la innovación en la agenda de las organizaciones vascas y ponemos en valor las buenas prácticas que hay en Euskadi. Es una manera de inspirar, mostrando que es posible innovar, aquí, con nuestros recursos, nuestras capacidades y nuestras personas. Una vez al mes demostramos que no hace falta ir a Sillicon Valley para encontrar historias de emprendedores e innovadores que hacen cosas extraordinarias aquí al lado. ¿No es eso motivador?
Antes ha hablado de los innovadores ‘en la sombra’. ¿Hay miedo a lanzarse?
Una de las máximas que tenemos en Innobasque es que todos podemos innovar si se dan las condiciones, pero para innovar hay que atreverse. Por ello destacaba la necesidad de generar una cultura de innovación. Me refiero a valores y hábitos que hacen que la innovación esté plenamente interiorizada, sea algo cotidiano y aflore cuando se necesite. Existen barreras a la innovación conocidas por todos, como el cortoplacismo, la resistencia al cambio, a salir de la zona de confort donde nos encontramos cómodos. Nos cuesta, pero es ahí donde se produce la experimentación, se toman riesgos, se desarrolla la creatividad, …. Existen elementos intangibles relacionados con la participación, la transparencia, el buen gobierno, la responsabilidad social empresarial que todavía cuesta interiorizar. Tenemos campo de mejora en en ese sentido.
Queda poco para comenzar un nuevo año. ¿Cómo se presenta 2015?
Estamos a las puertas de 2015, pero tenemos la vista puesta en 2020 y los objetivos que compartimos con Europa desde el punto de vista de empleo, riqueza y bienestar. El qué, el objetivo, está definido, y tenemos un plan. El Consejo Vasco de Ciencia, Tecnología e Innovación acaba de plantear el PCTI 2020, ahora debemos trabajar en cómo lo vamos a hacer realidad. Tengo la suerte de participar en numerosos foros y veo que Euskadi se mueve continuamente para hacer cosas nuevas. Vamos por el buen camino.