El 13 de julio se presentó en Donostia el Global Monitor Entrepreneurship de la Comunidad Autónoma Vasca 2016, GEM CAPV 2016, un diagnóstico de emprendimiento en Euskadi que muestra que se mantiene estable la actividad emprendedora Euskadi y mejora su valoración social. 

Alberto Bokos, director de Innovación Colaborativa de Innobasque, socio institucional del proyecto en esta edición, realizó el siguiente análisis sobre el fenómeno emprendedor vasco:

«Cada nueva edición del informe GEM Euskadi supone un ejercicio exigente de revisión de la actividad realizada, de la trayectoria, y de los enfoques que subyacen. En este sentido la perspectiva comparada del GEM a nivel internacional aporta una visión enriquecedora y necesaria. Porque este informe, además, y lo decimos en el prólogo, representa una herramienta crítica para una mejor comprensión de la actividad emprendedora. Una comprensión profunda que nos está permitiendo entender cada vez mejor cómo estamos operando como sistema, el perfil y la motivación de las personas emprendedoras, y las oportunidades que se presentan.

Si tuviéramos que destacar algunos aprendizajes de la andadura de Innobasque a lo largo de las últimas cuatro ediciones, harían referencia a las características que correlacionan innovación y emprendimiento en economías avanzadas, como la vasca. Una de estas características es la existencia de un entorno emprendedor dinámico, calificado de sobresaliente en el informe, en el que intervienen diversos agentes, programas, políticas, infraestructuras, investigadores… en un entramado empresarial dominado por pymes, y especialmente pymes pequeñas.

Por ofrecer un dato, las pymes industriales vascas tienen de media 16 empleados, las alemanas 34. Con todos los efectos que esto conlleva de cara a internacionalización, colaboración o innovación. Tres factores en los que el tamaño es decisivo.

Asimismo, en esta correlación, hay que incorporar que hace poco más de un mes que Euskadi ha vuelto a ser identificada por la Comisión Europea como un HUB de innovación. Esto hace sin duda un escenario competitivo con unas reglas de juego que inciden en la actividad emprendedora, en todas sus fases y dinámicas.

Gracias al GEM hemos aprendido que en la medida en que la economía es más competitiva, la tasa de empresas nacientes desciende. Por eso hay una tasa de creación de nuevas empresas más alta en algunas economías en desarrollo que en Europa. Asimismo, conviene tener en cuenta que en las economías competitivas las barreras de entrada son más altas, ya que para poder entrar en sus mercados se necesitan tanto un componente humano con habilidades altas, como un producto/servicio con mayor valor añadido, y seguramente esto está vinculado a más innovación.

También sabemos que las economías competitivas mejoran las condiciones para el desarrollo de la innovación, ya que las personas están mejor formadas, la transferencia de conocimiento es más ágil, se accede más fácilmente a recursos para el desarrollo de iniciativas, y mejora la percepción de las nuevas oportunidades relacionadas con la innovación. En Euskadi la oportunidad sigue siendo la principal motivación para emprender, frente a la necesidad. Pero, ¿cómo estamos vehiculando la actitud emprendedora/innovadora? Siguiendo patrones propios de economías similares a la nuestra, donde las personas pueden activar sus capacidades innovadoras y sus oportunidades a través de las estructuras formalizadas, esto es, de los medios de los que dispone su economía, tanto en lo público como en lo privado (empresas, en la administración, en las asociaciones…). Además, evitando poner en riesgo sus propios recursos.

No olvidemos que el miedo al fracaso se mantiene en Euskadi como un obstáculo al emprendimiento. En este sentido, observamos que mejora la importancia de la actividad (intra)emprendedora, que se ha convertido en un signo distintivo del emprendimiento vasco. Sin duda el (intra)emprendimiento se va a ver reforzado por las iniciativas que se están poniendo en marcha, entre las que sin duda destaca BIND 4.0.

Así, Euskadi, aunque tiene una baja intensidad de emprendedores, destaca porque muchas de sus empresas nacientes se caractericen como innovadoras (45’5% de las iniciativas tiene un producto/servicios novedosos). El nivel de innovación de la población emprendedora ha mejorado y este dato es similar al de las pymes innovadoras vascas (45%). En consecuencia, estamos hablando de un emprendimiento fuertemente caracterizado por la innovación, orientado al crecimiento, que tiende a generar empleo, y además de forma destacada con respecto a otros territorios próximos. Para finalizar, ¿cuál es el desafío? Más emprendimiento y más innovación.»

 

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