First Lego League se celebra en todo el mundo. Es un torneo de robótica, donde cada año hay que dar soluciones innovadoras a un desafío global, a través de la ciencia y la innovación. Este año el reto es Trash Trek, o dicho de otro modo, la gestión de residuos. Los jóvenes indagarán no sólo en cómo generar menos o reciclarlos, sino de qué manera lo que para unos son desechos pueden ser valiosos recursos para otros, y así crear nuevos productos, servicios e incluso negocios. Es lo que se conoce como economía circular.
La cuenta atrás para celebrar la séptima edición de FLL Euskadi ha empezado ya. La fecha escogida es el próximo 12 de diciembre, el lugar, la sede de Euskaltel en el Parque Científico y Tecnológico de Zamudio. Los entrenadores están listos. Ayer se reunieron para hablar del reto, la nueva mesa, las misiones del robot que construyen los jóvenes, y reencontrarse un año más.
FLL es un torneo con formato de evento deportivo que fomenta el interés por la ciencia y la tecnología entre escolares de 9 a 16 años. Dicho así, no resulta muy emocionante, pero contado de la mano de sus protagonistas la cosa cambia:
Koldo Olaskoaga es el jefe de los árbitros. También es profesor de Easo Politeknikoa y experto y apasionado de la robótica educativa, “porque permite ordenar el pensamiento y acceder a otros conocimientos científicos”. Aprovechamos que los entrenadores se reunieron ayer para charlar con él de esta edición y de robótica educativa.
Innobasque promueve este torneo desde hace 7 años, formando parte de la iniciativa Escuela de Innovación. Apoyan FLL Euskadi Tecnalia, IK4 Research Alliance, Fundación Euskaltel Konekta, Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicaciones del País Vasco, Aerospace School, Ausolan, el departamento de Educación, Política Lingüística y Cultura del Gobierno Vasco, Diputación Foral de Bizkaia y Bilbao Dynamics. Sin su colaboración no sería posible.