Alrededor de un tercio de la producción de los alimentos destinados al consumo humano se pierde o desperdicia en todo el mundo, lo que equivale a aproximadamente 1.300 millones de toneladas al año.

Tal y como apunta FAO en el informe HLPE del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial sobre las pérdidas y el desperdicio de alimentos en el contexto de sistemas alimentarios sostenibles, los alimentos se pierden en todas las fases de la cadena alimentaria, desde la producción agrícola inicial hasta el consumo final en los hogares.

En los países de ingresos bajos, los alimentos se pierden principalmente durante las primeras etapas y las fases intermedias y se relacionan, sobre todo, con limitaciones económicas, técnicas y de gestión. Sin embargo, en los países de ingresos altos y medianos, los alimentos se desperdician en la etapa del consumo y comercialización ya que priman estándares de calidad o apariencia y existe un comportamiento despreocupado del consumidor (poca planificación de compra,  fechas «consumir preferentemente antes de»…).

La FAO indica que un modo para mejorar la situación es limitar la producción con el fin de no destinar recursos a producir más de la cuenta y utilizar la tecnología adecuada para evitar el derroche de alimentos. Esta postura también es recogida en el informe OCDE  basado en estimaciones para los mercados agrícolas mundiales y nacionales proporcionados por el modelo Aglink-Cosimo para el período de diez años 2014-23 y que supondrían una reducción de desechos alimentarios de un 20% en diez años.

A nivel de consumidor y comercialización existen varias plataformas que fomentan poner freno al desperdicio de alimentos como el programa «Desperdicio Cero» de Eroski que garantiza que ningún alimento apto para el consumo es desechado en las tiendas Eroski, sino que es donado a organizaciones sociales del entorno cercano de cada tienda y que en 2014 alcanzó las 2.105 toneladas. Hay que recordar que solo en España se desperdician 7,7 millones de toneladas de alimentos cada año mientras miles de personas mueren por desnutrición. Hay que fomentar un uso de los alimentos responsable ya que como bien dice Selina Juul, fundadora del movimiento Stop Wasting Food, «Todos somos parte del problema, todos somos parte de la solución»